sábado, septiembre 10, 2005

Cuento: La Vida es un Sueño

Erase una vez una princesa muy feliz, era linda y siempre andaba muy sonriente. Su padre el Rey la amaba con pleitesía. Vivía con todos sus hermanos en un sitio muy hermoso y de mucha luz, plena de felicidad. Con un cielo siempre azulado, tanto como las aguas del mar. Se la pasaba revoloteando, complaciéndose con las flores y el aire puro que olían a lo más maravilloso que el olfato pueda percibir. Se sentía tan libre como una mariposa, sin compromisos, ni preocupaciones sobre qué hacer con su inagotable tiempo. Le encantaba soñar, soñar que era un pájaro y que volaba sobre el reino de su Padre, contemplando las maravillas que éste tenía para ofrecerle. Soñaba también con ser un hermoso pecesito de colores inundado con la inmensidad del mar.

Un día la tierna y dulce princesa decidió soñar algo más, decidió demostrarle a su padre que ella podía ser como El, que era capaz de inventar un mundo como el que El tan sabiamente gobernaba. Ese día se durmió y comenzó su profundo sueño. Soñó que entraba en un tunel oscuro que no pudo reconocer como su hogar y se asustó tanto al no ver a su padre y a sus hermanos que empezó a llorar. Sus lágrimas no le permitían atisbar la luz al final del tunel. A través del miedo y las lágrimas comenzó a crear su mundo. Entonces empezó a ver guerras y violencia, separación, muerte y desamor. Se vio a sí misma protagonizando esta película junto a sus hermanos. Pero en su sueño ellos no eran gentiles y amorosos, sino que en sus ojos descubrió rabia y venganza por tener que vivir en ese mundo de miedo y terror que ella había creado. Pero muy en el fondo de su alma, la princesa sabía que ella no pertenecía a ese lugar de horror y de traición.

Echó a andar y a su paso se encontró con algunos de sus hermanos que sí conocían la verdad. Le hablaron de su hogar y entonces recordó y sintió que todo cuanto le narraban era cierto. Que era lo más certero que había escuchado durante su estadía en aquél mundo.

En aquel momento la princesa comenzó a llorar pero de alegría. A través de sus lágrimas pudo contemplar una hermosa luz que le decía:

- Hija, ¿me recuerdas?
- Soy yo, tu Padre, aquí estoy esperándote con los brazos abiertos. No estamos completos sin tí. Ya quiero de nuevo verte aquí revoloteando por estos bosques.

La princesa le contestó:
- Padre quise hacer mi propio mundo, ¿en qué falle?

El padre le dijo:
- Que otra cosa puede haber aparte de la plenitud y el amor, que no sea separación y desamor?
- ¡No podías crear algo bello y perfecto que ya no te hubiese sido dado, excepto la fantasía de la escasez y la culpa de estar alejada de tu hogar!
- Te amo mucho, te amo tanto que tienes miedo a escuchar mis sugestivas y dulces palabras que te harían dudar en un instante de desear permanecer en ese sitio de miedo y horror. Sin embargo, te hice libre, tan libre que puedes continuar tanto como desees en ese mundo que creaste y del que te creíste merecedora.
- ¡No tienes hija que demostrar que eres como yo, o que tienes las mismas facultades de tu Padre! Cómo no habrías de tenerlas si te hice al igual que yo: Completa y Total.
¡No te falta nada, sólo lo que puedes soñar que te falta! lo cual no sería nunca verdad, porque sería sólo un sueño.
- Si es tu voluntad permanecer en ese sueño, yo la respeto y te sigo amando con la misma intensidad. Pero recuerda hija, que eres merecedora de la felicidad estés donde estés. Es el regalo eterno de tu padre, así como la libertad y la paz. Sin embargo, sólo podrás ver esa felicidad, esa paz y esa libertad, cuando seques tus lágrimas de tristeza y miedo y comiences a reír y llorar de felicidad, porque al fin recordaste que todo era solamente un sueño que un día deseaste soñar.

Con amor

I.C.L

jueves, septiembre 08, 2005

Las preguntas de mi padre. De cómo me llevaron a donde estoy ahora.

Mi padre fue un hombre como pocos conozco. Inteligente, sensible. Demasiado sensible diría yo. No creía en Dios, decía él. Sin embargo, cuando niño fue monaguillo. Era de izquierda y sin embargo ya había sido antes de derecha. Podría decirse que su capacidad crítica lo hacía plantearse preguntas que pocos se hacen, aun cuando no siempre tuviera las respuestas (o quizás sí que las tenía). Era un luchador incansable de aquello en lo que creía: la justicia, la construcción de un mundo mejor y más equitativo.

Yo crecí entre sus innumerables argumentos sobre la filosofía, la justicia, los valores, entre sus continuas críticas de lo existente, entre sus preguntas sin respuestas, muchas de las cuales se convirtieron en las mías.

De un padre ateo y una madre que había olvidado su espiritualidad nacieron y crecieron tres hijas con mucha fe en que existía algo más allá de lo que simplemente podemos observar a través de nuestros ojos y de lo que podemos explicar a través de nuestra mente racional.

Recuerdo las incontables discusiones de una pequeña niña con su padre, en el que sin ningún argumento ella le insistía en que sí existía Dios. Y el respondía: “Si Dios existe, por qué hay tanta injusticia en el mundo”, ¿Por qué mueren de hambre tantos niños todos los días?, ¿Por qué hay tanta miseria?, y yo agregaría ahora, ¿Por qué muere gente inocente?, ¿Por qué enferma gente buena?

Todas estas preguntas permanecieron latentes en mi mente sabiendo que en algún lugar y en algún momento encontraría la respuesta. Ahora creo que así ha sido. He encontrado mis propias respuestas, las que me satisfacen y me permiten explicar tantos porqués.

Cuando por primera vez conocí a dos de mis maestros Carlos y Margot Medina, ellos traían un mensaje que podría sonar loco para muchas personas. Pero no para mi. Este mensaje resonó en mi interior, respondió a mis preguntas. No logré responder a las de mi padre, al menos no en su mente, pero si en la mía. Y este mensaje era muy sencillo. “Estas dormida... Este mundo no es real... Es solo un sueño... El Hijo de Dios no puede ser pecador... El Hijo de Dios no puede estar condenado... ¿Cómo podría hacer Dios a un Hijo inferior a El?... ¿No lo hizo a caso a su imagen y semenjanza?”

Eso explicó todo para mí. Explicó la gran contradicción de la iglesia cuando dice que debemos temer a Dios, y al mismo tiempo nos vende la idea de un Dios amoroso y compasivo. Cuando dice que si pecamos seremos castigados y enviados al infierno y al mismo tiempo nos enseña que Dios perdona siempre.

¡Claro! Eso lo explicaba todo. El Hijo de Dios quiso soñar que estaba separado de su Padre, de la Fuente del amor, y entró en un profundo letargo del que ahora está despertando. Por eso este mundo es tan desolador, tan lleno de horror, de envidia, de violencia, es sólo la antítesis de lo que Somos en realidad: Amor. Pero la única manera posible de experimentarlo era soñarlo. Porque para Dios nada distinto al amor es real, y la idea de su hijo separado de El es IMPOSIBLE. Así que dio Dios a su Hijo la posibilidad de experimentar a través del sueño todo cuanto su imaginación fuera capaz de crear, incluso la ilusión de estar separado de su Padre. Y así fue como el Hijo de Dios, y no Dios creó este mundo.

Me gusta verlo de esta manera: Imagina que eres un Rey que lo tienes todo, amor, abundancia, alegría. Un día miras por la ventana de tu castillo y ves a un mendigo, entonces piensas ¿qué se sentirá ser un mendigo y no tener nada? Y seguro de que nada te puede ocurrir, y que nunca puedes perder lo que es tuyo por derecho, te acuestas en tu cama y comienzas a soñar que eres un mendigo, y en ese sueño, ¡realmente crees serlo y lo sientes!. Hasta que llega uno de tus sirvientes y te dice con afecto, Señor, despierte, sólo ha tenido un mal sueño, no está pasando nada. Todo está bien. Y así Es. Todo es perfecto. Dios no se ha ido, no nos hemos separado de El. Seguimos estando a su lado, seguimos estando a salvo. Y ahora estamos despertando.

Recuerdan la película del Mago de Oz. Bueno, para los que la vieron y sí la recuerdan... Es justo así, como cuando al final Dorotea despierta y ve que estuvo soñando y que todos los personajes que estaban en su sueño eran sus seres queridos, complaciéndola para que pudiera soñar.

Un abrazo a todos. Los quiero mucho.

I.C.L.

lunes, agosto 29, 2005

En cuanto a los links recomendados



Primero que nada quiero referirme a mi experiencia en relación Un Curso de Milagros, del cual posiblemente muchos de ustedes hayan escuchado hablar, ya que es ampliamente citado por muchos autores de la literatura espiritual.
Hace aproximadamente 15 años conocí a Carlos y Margot, dos de mis más importantes maestros. Una pareja de psiquiatras venezolanos con posgrado en Harvard, a quienes su camino los llevó a un lugar intrincado en la Gran Sabana al sur de Venezuela, en la frontera con Brasil. Se encontraban en la ciudad de Maracaibo donde nací y crecí y una amiga los vio en la televisión y me llamó para contarme que habían unos doctores que dictaban talleres de "esas cosas que a mi me gustaban". Se trataba de Carlos y Margot que en su habitual gira por toda Venezuela se encontraban en mi ciudad natal. Así fue como con casi ninguna información, pero con una sensación de que eso era para mi, me inscribí en el taller Aprendiendo a Ser. Estos talleres, me permitieron comprender, en gran medida, las raíces de mis conflictos internos y me brindaron herramientas para superarlos. Además, fue en esta oportunidad en la que tuve mi primer contacto con el libro Un Curso de Milagros.


Como le ocurre a la mayoría de los lectores del Curso que conozco, yo me emocioné al saber de él, destapé la alcancía, fui a la librería y compré tres libros. Uno para mi hermana mayor, uno para mi mamá y otro para mí. Bueno, para comenzar, el mío estuvo cerrado aguardando pacientemente por mí por muchos, muchos años, ya no recuerdo cuantos. Y fue hasta hace unos dos años que mi hermana mayor lo comenzó a leer y hasta hace un año que mi mamá le abrió su corazón. Pero lo importante es que tal como el curso reza en su inicio "Este es un Curso Obligatorio. Sólo el momento en que decides tomarlo es voluntario", en ese momento en el que tenía la convicción de que algo especial encontraríamos en ese libro, la aventura había comenzado para nosotras (aunque nos tomara varios años aceptarlo).


No quisiera entrar en detalles sobre el contenido del Curso, segura de que en los links recomendados encontraran valiosa información. Sólo quisiera acotar que para mí el Curso es el mejor maestro y compañero que alguien pudiera llevar consigo a donde vaya, en virtud de sus valiosas enseñanzas y de Quien estas proceden. Pero no diré más al respecto. Si te parece interesante conocer más sobre él, averígualo por ti mismo.

Quisiera continuar hablando sobre mis maestros Carlos y Margot y sus enseñanzas, ya que ellos fueron los que me ayudaron a obtener mis primeras respuestas a mis grandes preguntas existenciales. Tengo que reconocer que al principio las respuestas llegaron de fuera, pero la sensación de que ese era el camino ha ido aumentando con el tiempo. Han pasado muchos años y otros maestros han llegado a mi vida. De todos he aprendido, pero la enseñanza de Carlos y Margot permanece allí fuerte, inalterada. Ahora entiendo que en gran medida esto se debe al origen de la misma: Un Curso de Milagros, sin embargo, los talleres Aprendiendo a Ser tienen la particularidad de acelerar el proceso, brindándote una comprensión global de quiénes somos y qué hacemos acá, así como de por qué vivimos ciertos episodios en nuestra vida, y más que por qué, cómo hacer de ellos una enseñanza, pasando de ser víctimas a tomar el control y comenzar a ser diseñadores y creadores conscientes de lo que queremos vivir. Por ello recomiendo ampliamente estos talleres, así como la inigualable experiencia de visitar el campamento Solonia en la Gran Sabana Venezolana, uno de los sitios turísticos más visitados por los extranjeros por ser una de las zonas más antiguas y energizadas de la tierra, así como por contar con inmensurables bellezas naturales tal como el Salto el Angel. De cualquier manera, en el link recomendado podrán obtener mayor información.

Además de los talleres Aprendiendo a Ser y el Curso de Milagros, dos enseñanzas más quisiera resaltar y dar a conocer a través de este espacio. Uno es el contacto que tuve en la ciudad de San Cristóbal, Venezuela con uno de los tantos maestros de la Fundación Curso de Milagros Internacional. La verdad es que, sin temor a exagerar, la experiencia fue de otro mundo. En una serie de sesiones que ellos llaman advenimientos, donde cada persona es libre en cuanto a la experiencia que vive y a la profundidad que alcanza en ella, Paul nos llevó a la Luz. Literalmente hablando. Estos maestros elevan la rata vibratoria del sitio en donde se encuentran permitiendo que los presentes vivan experiencias de luz maravillosas, tal como fue la mía y la de mis compañeros. Ojala que este experiencia, digna de repetirse, pueda llegar a la vida de cada uno de ustedes. Sin palabras, viviendo las enseñanzas de Un Curso de Milagros, directo a lo que Somos: LUZ.


La última experiencia que les narraré por ahora es la de Janajpacha y su maestro (aunque a el no le gustan los títulos) Chamalú. Llegamos a el de una forma increíble. Este mismo año, estábamos haciendo un taller sobre contacto con la Pachamama (Madre Tierra) en una casa hermosísima de montaña, cuando durante el Almuerzo Magalita, la dueña de la casa, sugiere que escuchemos una conferencia de una Chamán Boliviano: Chamalú. Así lo hicimos, una vez que escuchamos la conferencia y nos conectamos con su mensaje, el almuerzo resultó en lágrimas de emoción y con la decisión del grupo de ir a Bolivia a conocer su Centro, Janajpacha. Y así fue, nos pusimos en contacto con ellos quienes con mucho amor nos recibieron, permitiéndonos compartir una semana de grandes enseñanzas en el Intiraymi, la Fiesta de Sol Inka. Sin duda una experiencia hermosa, y una oportunidad de conocer la gran sabiduría de nuestros ancestros que hemos dejado olvidada. Chamalú, quien ha visitado más de cien ciudades en todo el mundo, con aproximadamente 40 libros escritos, tiene mucho que enseñar y lo hace en su particular modo de ver la vida, donde para el gran pecado es la infelicidad y la mayor urgencia la alegría de vivir. En sus propias palabras: "Imprescindible ser feliz. Ultimo aviso".


Eso es todo por ahora.

Un gran saludo.

I.C.L.

domingo, agosto 28, 2005

¿Por qué Conexión Universal?


La Conexión Universal es para mi lo que nos "conecta" con la energía universal, independientemente del nombre que le demos, y nos hace parte de ella. Es así como podemos obtener respuestas sobre quiénes somos y cuál es nuestro lugar en el mundo, sin necesidad de buscarlas fuera de nosotros.

En lo personal su consecusión ha sido un largo camino en el que cada vivencia me ha ido reiterando la necesidad de ir tras ella, tanto que se ha convertido en el más importante objetivo de mi vida: un aprendizaje que me permita alcanzar una cada vez mayor conexión con lo espiritual.

En ese camino me he topado con grandes maestros, de los cuales haré mención más adelante. Muchos de ellos los he conocido en forma personal, otros a través de la lectura. Lo más importante que he aprendido es que "si" existen otros caminos que nos llevan a la paz y a la felicidad, y sobre todo, que somos merecedores de tales regalos por el sólo hecho de haber sido creados a semejanza divina.

Mi objetivo es entonces compartir, a través de este medio, algunas enseñanzas que a mi me han ayudado, así como abrir un espacio en el que otras personas puedan compartir las suyas conmigo.

Un saludo al mundo y seguimos transitando el camino...
I.C.L.