miércoles, enero 12, 2011

La persona más importante


Hoy me he dado cuenta de que hay alguien a quien podría yo hacer verdaderamente feliz, una persona que me encantaría se sintiera orgullosa de mí, una persona a quien consentir y regalarle lo que siempre soñó. Alguien a quién preguntarle cada día cómo se siente y que podría hacer yo hoy para que este día fuese innolvidable. Alguien que sin duda merece mi preocupación y mis esfuerzos.

Esa persona, a quien tanto me ha costado perdonar por sus equivocaciones, con quien he compartido sus alegrías y sus logros. Esa persona que ha ido buscando su camino con la fe de que hay uno para cada quien, aunque esa fe muchas veces se viera resquebrajada. Esa persona que por muchos años creyó que la vida se trataba de hacer las cosas lo mejor posible para todo el mundo.

A ella hoy le entrego todo mi amor, y mi orgullo. Y agradezco a Dios porque de ahora en adelante sé a quien regalarle mis días y mis sonrisas y mis sueños... A MI MISMA.

LO QUE LE PEDÍ A LA VIDA


Siempre creí que la vida era sorda, inexplicable o inconciente.
Cada vez que sufría, que sentía un dolor profundo en mi corazón, me sentía víctima y me preguntaba, por qué a mi? Qué he hecho para que esto me suceda?

Acaso es malo el que sufre? Hay un extraño mito que dice que siempre los más nobles de corazón son los que más sufren. Pero qué han hecho mal para merecer tal sufrimiento?

Pero la verdad es que he descubierto lo que le pedí a la vida. Yo puse las cartas y ella dijo: “Bueno”, sin discutir... sin juzgar...

Le pedí a la vida sufrimiento y encontré sufrimiento... En los lugares más recónditos, donde otros hallaban alegría y esperanza...

Le pedí traición, dolor y rabia... y eso me dio...

Le dije... eso merezco... Ella contestó: “Así será”. Ni una palabra más... No me cuestionó. Solo un: “Lo tendrás”.

Ahora sé que en lo profundo de mi creía merecer ese dolor, esa angustia, ese miedo, esa rabia. Creía también que sentirlas me liberaría de la culpa y me harían merecer algo mejor, me harían ser alguien mejor. Que equivocada estaba cuando volcaba mi propia culpa sobre los otros y sobre la Vida!! Haciéndome ver como su víctima.

Por un momento olvidé cuál fue mi deseo. Olvidé lo justa y sabia que es la Vida. Sólo te da lo que le pides. En silencio... sin juicios... sólo eso y nada más...

Soltando amarres


Desde un tiempo remoto, donde mis recuerdos me llevan, aunque difusos, a tu encuentro, desde entonces y no ahora te lo digo, MI ALMA DEJA LIBRE A LA TUYA, para que esta vuele a donde ha de volar y se apropie de su próxima ilusión, sin dolor y sin culpa. Porque el dolor y la culpa no existen sino en nuestra mente que las creó, YO TE EXIMO PUES DE ELLA y con eso me hago libre a mí también de su prisión. Nunca es tarde para corregir aquello que permanece alejado de la verdad. Y la verdad es el amor, nunca el dolor.
Vuela hoy, ayer y siempre, cual si fuere uno solo el tiempo, que si en un momento de la eternidad, un encuentro nos sorprende, que en libertad este tu alma y en libertad la mía para inventar una nueva historia, sin pasado. POR ESO TE DEJO LIBRE, en espíritu y en cuerpo, porque si en una de estas formas se nos ha de pillar juntos, que se sea por la voluntad de ambos y en libertad!

domingo, enero 09, 2011

Reconoce que eres Dios jugando a ser Humano


La separación es una Ilusión, NO EXISTE, no los han dicho todos los maestros iluminados que han venido a este planeta. Pero si es una ilusión cómo es que nos sentimos separados? Supongamos q la ilusión consiste en unos tapaojos que no nos permiten ver la Realidad, la realidad es que NUNCA nos hemos separado de Dios y que el sigue allí junto a nosotros (por así decirlo, vale decir también que somos Dios, que somos parte de El, etc). De ser así, si no nos hemos separado jamás y seguimos unidos a Dios, por ende no existe el pecado original que viene precisamente de haber osado desobedecer a Dios (asumimos acá que la manzana prohibida es la decisión del Hijo de Dios de hacer un mundo aparte y separarse de Dios). De no existir el pecado original no hay culpa que pagar (estaría de más todo el cuento de por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa y de que Jesús vino a limpiar nuestras culpas) y mucho menos habríamos sido echados del Paraíso (El cuál es sólo una representación de nuestra Unidad completa con Dios), ni de eso de que ahora sufriríamos y tendríamos que hacer un gran esfuerzo para parir y para alimentarnos, en fin para vivir.

En pocas palabras, si nos quitamos el tapaojos y reconocemos que nunca nos hemos ido del Paraíso, que nosotros mismos (pero en otra dimensión, concientes de nuestra unidad con Dios, y en una clase de juego inocente y sin consecuencias) sólo nos pusimos una especie de lentes virtuales que nos muestran un mundo ilusorio en la tercera dimensión (a la que llamamos planeta Tierra), para que pudiésemos tener una experiencia humana (ilusoria), podremos deshacernos automáticamente de nuestra sensación de soledad, separación, abandono, culpa por haber dejado a Dios, rabia porque El nos haya abandonado, etc, etc.

Entonces el trabajo está en afirmar, creer desde lo más profundo de nuestros Ser, y repetirnos a nosotros mismos que Jamás, Nunca nos hemos separado de nuestro Padre, que seguimos en Unidad con El, que la separación sólo fue una Ilusión, un juego y que seguimos allí en el Paraíso como los Santos e Inocentes Hijos de Dios que somos.

Amen